Mi padre tenía una memoria excelente y recordaba sus años de la infancia y… de las costumbres de antaño.
Asó comenzaba por contarnos
que, cuando era joven, formaba parte de un grupo que representaban cuadros y
escenas de Teatro, relatando el Nacimiento del Niño Dios, ante un numeroso
público. Ataviados como se supone vestían en aquella época. Mi padre según
contaba iba de pastorcillo e intervenía con algunas frases ya memorizadas.
Aparecía un grupo de
pastores y contaba lo siguiente: (Mi padre recitaba) -¡¡Pastores… aquí está el niño, reclinado en un pesebre tal y tal como
dijo el Ángel!!... (Contestaba otro) -¡En donde está!... (Mi padre otra vez)… ¡¡En
el establo ruinoso que mira hacia Belén!! Llegaba el grupo de pastorcillos
hasta el portal donde estaba el Niño Dios… Sus padres María y José y los
animales la Mula y el Buey.
Entonces de nuevo el
grupo cantaba…-¡SOY UN PASTORCILLO Y NO
DE OVEJAS… DE QUIEN ES ESTE NIÑO LLAMADAS QUEJAS… YO MERECIA… UNA BUENA PALIZA
TODOS LOS DIAS… NIÑO CHIQUITO… NIÑO PRECIOSO Y CANDOROSO NUESTRA CANCIÓN… DAME
TUS GRACIAS… EL MUNDO OFRENDA Y
RECOMPENSA…MI CORAZÓN.
Así terminaba este sencillo e infantil homenaje de la venida de Jesús a este mundo y… por aquellos tiempos de finales del siglo XIX que no era muy feliz según cuenta la historia.
¡Ay mísero de mi!…
¡Ay infelice!… Apurar
Cielo pretendo, ya que
me tratáis así… ¿Qué delito
Cometí contra vosotros
naciendo… ¿Aunque si nací, ya
Entiendo?... ¿Qué
delito cometí?... Bastante causa
Ha tenido… Vuestra
justicia y rigor… Pues el delito
La memoria de mi padre cuando me contaba esta historia que
tanto gustaba a mi hermano Manolo y a mí era extraordinaria. Especialmente en invierno y por Navidades.
Parece ser que los genes pasan de padres a hijos. En este
caso debe ser esto cierto y… yo he heredado esa memoria, que a la edad de 90
años, tengo la “chalaura” de aficionado como “escribidor de relatos”.
Así pues, como digo
en esta pequeña historia de aquellas noches cercanas a las Navidades de los
años 30 y 40, mi hermano y yo lo recordábamos con extraordinaria claridad. ¡Éramos felices!... A pesar de unos
tiempos que fueron muy duros.
Finalizo este sencillo relato que espero sea del agrado de
mis lectores a los que deseo… ¡FELICES
FIESTAS DE NAVIDAD Y AÑO NUEVO!. A pesar de la maldita Covid-19.