Hoy voy a contar una anécdota que nos ocurrió allá por los años 1937 o 1938, a mis hermanos Isabel y Manolo, y a mí, el más pequeño de la cuadrilla. Era un día de invierno y pasaban una película en el antiguo y precioso CINE PRINCIPAL, una sala de cine clásica, de aquella época, en forma de herradura, rodeado por tres pisos de palcos y plateas el de la primera planta. Los otros dos de plateas a ambos lados y en los fondos los llamados “gallineros”, que eran unos asientos en escalera de madera que tendrían 8 o 9 bancadas. Abajo, la sala de butacas numeradas, en el centro un pasillo hasta el fondo del escenario, donde se encontraba la gran pantalla de proyección y unas rojas cortinas que la enmarcaban..
Aquel día proyectaban en el cine, una película que tuvo mucha aceptación entre el público, y que fue muy comentada. En casa, ante la insistencia que mis hermanos y yo le hicimos a nuestros padres, nos dieron el “dinerito”, que supongo serían 10 o 15 céntimos de peseta, (hoy serían 0´08 cts. de Euro), cada uno, y el permiso preceptivo para ir a la primera función o sea a las 7 u 8 de la tarde. La película se titulaba “El Signo de la Cruz” y el tema de la película la Pasión de Jesucristo y la persecución de los cristianos por los romanos.
Comenzó la película, nosotros tres sentaditos en una de las gradas del “gallinero” del primer piso viendo la “peli”, que era de mucha, mucha pena y comenzamos a gimotear viendo las tremendas escenas de persecución contra los cristianos, y en la que en una de ellas...”tres hermanitos”, aproximadamente de nuestra edad, los mandaron sus padres a una panadería y los romanos los apresaron, al saber que eran hijos de cristianos; los iban a torturar y a matar, creo recordar "metiéndolos" en un horno o algo parecido... Y ¡no lo pudimos aguantar!, nos levantamos de las gradas y nos marchamos a la calle, corriendo por la calle Álamos hasta llegar a la calle Pepita Jiménez, a nuestra casa, llorando "a moco tendido”...
Nuestros padres alarmados, nos preguntaron ... -¿qué os pasa? ... A nosotros no nos salían las palabras, llorábamos más y más... Hasta que por fin pudimos explicarnos, de que nos daba mucha pena lo que le iban a hacer a aquellos pequeños.
A partir de entonces, cuando queríamos ir al cine preguntábamos: -¿Qué película ponen? ...
Respuesta: -¡El Signo de la Cruz!
-¡Ah, entonces NO !