Felipe y Pepe Arroyo Serrano
Foto J.R. Blanco (Tánger)
JOSÉ ARROYO SERRANO: Aguantó unos años más en Tánger y cada vez su situación familiar fue más difícil, a pesar de que sus hijas Rosario y Herminia trabajaban en sendos negocios de Peluquería y Óptica. Mi tío ya no tenía empleo debido a que la empresa francesa se trasladó o quebró. Por tanto José optó por marcharse a Madrid, y donde se colocó como funcionario de la Organización del Sindicato español, mientras que la pequeña de sus tres hijas, Mari Julia comenzó a trabajar en los Grandes Almacenes “Galerías Preciados”.
Sus hijas Rosario y Herminia se habían casado en Tánger; la primera se unió a un joven madrileño llamado Oscar Oliva Granados y se marcharon a las Islas Canarias, concretamente a Las Palmas de Gran Canaria, donde el joven Oliva era locutor en la Emisora de Radio local. Cuatro fueron sus hijos, la mayor Ana Paqui, le sigue Mª Isabel, Rosario y Marino.
Rosario se casó poco después que su hermana, con Manuel Gómez Estero. Y se marchó a Casablanca, posteriormente a Fez y finalmente regresó a la pensínsula y se asentó definitivamente en Cataluña, concretamente en un pueblo llamado Santa Perpetua de Moguda. Tuvieron tres hijos llamados Mari Carmen, Herminia y Juan Manuel.
FELIPE ARROYO SERRANO: Antes conté como su viuda mi tía Ángeles y su hija Angelita, así como mi tía Rosario y Sierra se volvieron a Cabra. En cuanto a su hija mayor llamada Carmen, se casó antes de la independencia de Marruecos, en Alcazarquivir, con un empleado de la banca llamado Enrique Seguí Rojas. Ya casados vivieron primero en Extremadura, luego en Cabra, después en Alicante y por último, se asentaron definitivamente en Córdoba. La menor de sus dos hijas llamada Angelita se casó con Francisco Laguardia Ramírez, natural de Larache y de profesión Maestro Nacional, fruto de su matrimonio fueron sus dos hijos, Ángeles y Francisco.
Y esta sería la historia la rama apellidada ARROYO que comenzó su andadura allá por el año 1914 y que llega hasta el día de hoy en las que nos ha tocado vivir una fuerte crisis que va a obligar a nuestras jóvenes y preparadas generaciones, como hizo nuestro PABLO ARROYO TOSCANO, “coger los bártulos” y marchar para Centroeuropa, Australia o hasta la “Conchinchina”…