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sábado, 18 de noviembre de 2017



Cabra, nuestro querido pueblo no se priva de nada. Presumimos de  tener de todo y, la verdad, no vamos descaminados. Incluso a muchos, nos gustaría tener también un monumento natural parecido al turístico sitio americano, con el que ilustro la cabecera de este relato.

Y es que hace algunas fechas remití a las autoridad local, al concejal correspondiente, a título personal y solo informativo, sobre la situación del conocido como arroyo de la Gorguera, que transita aledaño a  la calle Hnos. Gómez Moral, desde la parada del Bus de esta calle hasta el puente que cruza hacia la zona de la barriada. Yo vivo en la zona y en pocos años he observado que su profundidad ha descendido varios metros. 

Entiendo, que esta situación aunque pudiera preocupar también a nuestro Ayuntamiento, como arroyo, depende de la Confederación del Guadalquivir. Pero viendo las cosas con optimismo, me gustaría pensar que, de continuar esta erosión, nos llevaría a tener en Cabra un monumento natural como el Gran Cañón americano. 

Vendrían a verlo de lugares remotos, como Lucena, Doña Mencía, Carcabuey, Rute y de seguir así pienso que para el 5081 o 5082, aproximadamente si cae en año bisiesto o no, podríamos tenerlo a punto, si mis “concienzudos” cálculos no me fallan.


La zona comentada del Aradillo y Barriada que flanquean el arroyo la Gorguera, es muy agradable para dar paseos que nos ayuden a rebajar el colesterol, y como viene el caso a “pelo” me gustaría comentar, que en esta calle dedicada a nuestros ciclistas un día internacionales y grandes ganadores de importantes carreras nacionales y extranjeras, que viene a tener unos 200 metros de trayecto, en sus primeros 100 metros hay 5 bancos de fresquita piedra caliza de Cabra. Pero hay otros 100 metros, que no, y que al llegar a la parada del Bus con la lengua cerca del suelo, buscando donde poder sentarnos y seguir el agradable paseo, no encontramos el modo de echar una "descansailla".

Y la solución, se me antoja es bien sencilla,  que a cada 30 o 40 metros hubiese un banco… lo agradeceríamos, todos los que por allí paseamos, con el corazón,  el cual, seguro, nos latería algo más despacito...

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