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miércoles, 25 de junio de 2014

SOBRE LA “PELI”... EL SIGNO DE LA CRUZ



Hoy voy a contar una anécdota que nos ocurrió allá por los años 1937 o 1938, a mis hermanos Isabel y Manolo, y a mí, el más pequeño de la cuadrilla. Era un día de invierno y pasaban una película en el antiguo y precioso CINE PRINCIPAL, una sala de cine clásica, de aquella época, en forma de herradura, rodeado por tres pisos de palcos y plateas el de la primera planta. Los otros dos de plateas a ambos lados y en los fondos los llamados “gallineros”, que eran unos asientos en escalera de madera que tendrían 8 o 9 bancadas. Abajo, la sala de butacas numeradas, en el centro un pasillo hasta el fondo del escenario, donde se encontraba la gran pantalla de proyección y unas rojas cortinas que la enmarcaban.. 



Aquel día proyectaban en el cine, una película que tuvo mucha aceptación entre el público, y que fue muy comentada. En casa, ante la insistencia que mis hermanos y yo le hicimos a nuestros padres, nos dieron el “dinerito”, que supongo serían 10 o 15 céntimos de peseta, (hoy serían 0´08 cts. de Euro), cada uno, y el permiso preceptivo para ir a la primera función o sea a las 7 u 8 de la tarde. La película se titulaba “El Signo de la Cruz” y el tema de la película la Pasión de Jesucristo y la persecución de los cristianos por los romanos.


Comenzó la película, nosotros tres sentaditos en una de las gradas del “gallinero” del primer piso viendo la “peli”, que era de mucha, mucha pena y comenzamos a gimotear viendo las tremendas escenas de persecución contra los cristianos, y en la que en una de ellas...”tres hermanitos”, aproximadamente de nuestra edad, los mandaron sus padres a una panadería y los romanos los apresaron, al saber que eran hijos de cristianos; los iban a torturar y a matar, creo recordar "metiéndolos" en un horno o algo parecido... Y ¡no lo pudimos aguantar!, nos levantamos de las gradas y nos marchamos a la calle, corriendo por la calle Álamos hasta llegar a la calle Pepita Jiménez, a nuestra casa, llorando "a moco tendido”...


Nuestros padres alarmados, nos preguntaron ... -¿qué os pasa? ... A nosotros no nos salían las palabras, llorábamos más y más... Hasta que por fin pudimos explicarnos, de que nos daba mucha pena lo que le iban a hacer a aquellos pequeños. 

A partir de entonces, cuando queríamos ir al cine preguntábamos: -¿Qué película ponen? ...
Respuesta: -¡El Signo de la Cruz!
-¡Ah, entonces NO !

lunes, 2 de junio de 2014

GRAF ZEPPELÍN


De cuando en cuando me viene a la memoria una duda que tengo desde chico, y a renglón seguido, una serie de interrogantes, que desde entonces, rondan en mi cabeza.


Y es que recuerdo de mi niñez, con cuatro o cinco años, como si fuera en un sueño, haber visto, mirando al cielo un gran artefacto, muy grande...¡¡grandísimo!! sobrevolando sobre mi cabeza, como un enorme cigarro puro


Siempre lo había considerado un suceso imaginario, apenas lo recordaba y, prácticamente, ya lo tenía casi olvidado. Pero con esto "del internet", y a mis 84 años "navegando" por este increíble medio, se me ocurrió buscar información de lo que en tiempos se llamó el ZEPPELIN, aquel gran invento alemán de los años 20 que revolucionó el transporte aéreo. 

El GRAF ZEPPELÍN, fue un gran globo dirigible, una aeronave rígida de comienzos del siglo XX, que tomaba su nombre precisamente de Ferdinand von Zeppelín, el Conde Zeppelín (Graf Zeppelín), su inventor y creador, que alcanzó por ello este rango de nobleza germana.


El Zeppelín que volaba desde 1900, cruzó el Atlántico por vez primera en septiembre del año 1928, y se convirtió en la mayor aeronave del mundo. Tenía cerca de 250 metros de longitud, 100.000 m/3 de volumen y podía transportar hasta 60 toneladas entre carga y pasajeros. 


Dicen que sobrevoló el Atlántico unas 150 veces, estableciendo una línea regular en el año 1936 con Sudamérica. En agosto de 1929,  realizó su primer vuelo alrededor del mundo en 21 días, y llegó a cruzar el Pacífico rumbo a Estados Unidos en 79 horas, sin escalas. En julio de 1931, realizaría un viaje de investigación al Polo Sur que duró cuatro días, recorriendo unos 10.000 kilómetros a una velocidad media de 80 kilómetros a la hora.

El Zeppelín, solía contar con una tripulación compuesta por unos 40 hombres y podía llevar a unos 20 pasajeros, se desplazaba con la fuerza de 5 motores de 500 CV. 

Resumidamente estos son los datos que leí en "la red", aunque lo que llamó más mi atención es descubrir que Tánger fue una de las ciudades que se encontraba en las rutas transatlánticas del Zeppelín y por donde pasaba esta gran aeronave entre los años 1934 y 1935. 


Vista aérea de Tánger desde el Graf Zeppelín
ZEPPELIN SOUTH AMÉRICA TOUR TANGER MAROC AIRSHIP ALLEMAGNE GERMANY IMAGE


Y es que se daba la circunstancia de que yo, por esos años, iba con mi madre a visitar a su familia, que llevaban varios años viviendo en esta ciudad africana.

El motivo principal para esos viajes de Cabra a Tánger, fue la dolorosa muerte de un hermano mío llamado Antonio con tan solo 12 años de edad; un suceso que afectó enormemente a mi madre, que lo pasó muy mal. 

Ante esas circunstancias, mi padre vio conveniente aquellos desplazamientos, y con ellos procurar una mejoría de ánimo en Mama Rosa, por la pérdida del hijo. 


Por eso, recuerdo como en un sueño, que yo estaba en el balcón del piso de mi abuela Mamá Carmen en Tánger, situado en la calle Esperanza Orellana número 36, frente al Gran Teatro Cervantes, y como allí vi pasar un enorme artefacto volador sobre mi cabeza.

Han pasado 80 años de aquello, y ahora encuentro respuestas a todas esas ingenuas interrogantes que han sido tan recurrentes a lo largo de mi vida, y es que sin duda, lo que yo vi aquel día fue... el Graf Zeppelín.


En el balcón de Mamá Carmen, Tánger (1934)

Nota:

El último viaje del Zeppelín se realizó el 18 de julio de 1937. En el mes de marzo de 1940, sufriría su definitivo desguace, ya iniciada la 2ª Guerra Mundial, para aprovechar el aluminio de su estructura como material para la guerra.